Del qué al quién: la confianza como estrategia

Aurora Maciá

Escrito por Aurora Maciá

La semana pasada compartí un artículo publicado en Substack que me había gustado mucho en LinkedIn. Trataba sobre lo que la autora llamaba “cultura de la compresión”, aludiendo a la tendencia a resumir la información que empieza a ser exigida por los usuarios y proporcionada por todas las herramientas, plataformas y aplicaciones. Hablaba sobre la necesidad de valorar la profundidad sobre la velocidad. Sobre la importancia del proceso, la constancia y la repetición en el dominio de cualquier habilidad. Me gustó tanto el contenido que lo compartí en ambas redes sociales casi al instante.

Irónicamente, apenas unos días más tarde me topé con una publicación en la que otra usuaria de Substack señalaba a la primera por plagio. En uno de sus artículos había copiado textualmente párrafos enteros, lo que ya hacía dudosa su autoría del resto de posts. Sí, una persona que defendía la importancia de repetir algo muchas veces para lograr maestría había decidido tomar el atajo y copiar párrafos de otros autores. Todavía está por ver si el resto de sus artículos también incluyen plagios pero, ante la duda, borré las publicaciones en las que recomendaba su post. Me culpé por no haber investigado a la persona que firmaba, a quien no conocía de nada. Supongo que también el hecho de que estuviera en el Top Autores en la categoría de Tecnología de Substack (cuando compartí el artículo creo que estaba en el #8, en el momento de escribir este artículo está en el #1), me dio una falsa sensación de seguridad. Como si no hubiera que poner en cuestión cualquier forma de check azul proveniente de una red social. Como si ciertas plataformas no premiaran la viralidad por encima de la integridad.

Agotamiento digital

Llegué a Substack, como imagino que tantos otros, para salir del microblogging y tener la posibilidad de leer argumentaciones completas, reflexiones propias, matices. Para descubrir buenos autores y autoras. Y, por suerte, lo he hecho. Pero también he detectado que, como todas las demás plataformas, Substack abre sus puertas al plagio, al uso de IA sin control (ya bautizado como AI slop), a la desinformación e incluso a los discursos de odio. Y empiezo a sentir cierto hartazgo.

No soy la única.

Esta publicación de Jay Acunzo rescataba la siguiente interacción entre Lily Ray y Rand Fishkin:

Conversación entre Lily Ray y Rand Fishkin en la que ella se queja de tener que navegar con internet con la sospecha de que si algo estará hecho con IA o no. Rand contesta que eso es lo mejor de leer a la gente que ya conoce: no tener que preguntarse eso.

Creo que cada vez más gente se va a sentir como Lily o como yo. Cansada de tener que ir con mil ojos para no tragarse un bulo, una imagen sintética, un copia-pega, un dato que suena real pero es inventado. Consumimos muchísima información y pasarla por tantos filtros constantemente, aunque es imprescindible, resulta agotador.

Una nueva forma de navegar

Algunas (pocas) empresas se ofrecen a ayudarnos, como DuckDuckGo, que anunciaba hace un par de semanas su nueva opción para ocultar las imágenes generadas por IA de los resultados de búsqueda. Sin embargo, andar cambiando estos ajustes en todas las plataformas tampoco suena muy atractivo. Me inclino más por la sencilla respuesta de Rand: si conoces y confías en la fuente, no se necesitan tantas barreras. Y esta creo que será la fórmula que muchos elegiremos para navegar Internet en la era de la infoxicación.

Mirar primero la firma y después el contenido. Ir a lo conocido, a lo respetado, al tiempo que investigamos más lo que no nos resulta tan familiar. Incluso si no acaba siendo un comportamiento mayoritario, sería el comportamiento más responsable. De lo contrario, podríamos estar contribuyendo al enriquecimiento de plagiadores, a la difusión de fake news,a la propagación de discursos peligrosos respaldados por mentiras. Como habitantes de la red, tenemos el derecho a obtener información de calidad pero también el deber de cuidar el entorno online.

¿Qué papel jugará tu proyecto durante los próximos años?

Teniendo en cuenta este escenario, las empresas se enfrentan ahora a una importante encrucijada.

La primera opción consiste en perseguir (o seguir persiguiendo) el crecimiento rápido a partir de contenido barato, parafraseado y, a veces, incluso engañoso. Esta estrategia puede ser efectiva, pero el sueño puede convertirse en pesadilla de un plumazo ante una desindexación de Google. También te arriesgas a que tu marca quede asociada para siempre a este tipo de contenidos y, con ello, su autoridad y reputación se vean perjudicadas. Por otro lado, las agencias que recomiendan este tipo de tácticas a menudo subestiman las capacidades de los usuarios, creyendo que consumirán cualquier cosa que se les eche. Nadie quiere escuchar un podcast de dos voces sintéticas dándose la razón la una a la otra, de verdad. Que algo se pueda hacer no significa que sea una buena idea hacerlo.

Estas tácticas crean el entorno del que hablan las teorías del Dark forest of the web (Bosque oscuro de la web) o del Internet muerto. La web se vuelve un territorio inhóspito plagado de contenido de baja calidad y de robots hablándose y retroalimentándose entre ellos.

Si esto se generaliza, los humanos se recluirán en la cozy web (web acogedora), es decir, en plataformas cerradas como las apps de mensajería. Allí, los usuarios se sentirán más cómodos para hablar y compartir, pero estarán fuera de tu alcance. Para entender mejor estos conceptos, recomiendo ver esta charla de Maggie Appleton:

La segunda opción es aprovechar la necesidad de referentes para erigirse como una fuente de confianza. Para ofrecer la seguridad de una investigación profunda, de unos autores reconocibles, de unos datos comprobables. Para cumplir con un código ético y respetar a tus usuarios. Para ofrecer garantías y testimonios. Generar este tipo de contenido no es fácil ni barato. Por ello, tampoco debería servirse en bandeja a las IAs si estas no te traen tráfico y beneficios de vuelta. Gracias a iniciativas como Pay-Per-Crawl de Cloudflare, ahora es posible identificar qué bots están rastreando tu sitio web para determinar cuáles contribuyen a tu negocio y cuáles se están aprovechando de él para así bloquearlos. En esta publicación, los líderes de The Atlantic explican cómo lo han implementado ellos.

Elegir la segunda opción requiere una mayor inversión y una visión a largo plazo. Pero la recompensa es que, en un mar de similaridad, tu nombre destaque. Que en un entorno lleno de basura, seas el diamante que le devuelve la esperanza al habitante de Internet. Que los usuarios quieran compartir tus contenidos no solo porque confían en ti, sino porque les gusta asociarse a una fuente reputada como tú. Que lideres la ola que impulse y mejore nuestro ecosistema digital.

La decisión está en tus manos.


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Aurora Maciá
Aurora Maciá
Responsable de marca en Human Level. Graduada en Comunicación Audiovisual con un Máster en UX/UI. Especialista en diseño UX/UI y edición de vídeo e imagen. También cuenta con la certificación en Notion y trabaja incansablemente para mejorar los procesos internos y la oficina virtual de Human Level en Notion.

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